Siempre hay formas de mejorar un poquito más nuestras preparaciones, y en cuanto las pizzas, una forma sencilla de darle un plus es la masa. Hoy te mostraré cinco pequeños trucos que ayudarán a convertir tu masa “rica” en una masa “perfecta”.
1.- ATENTO CON LA TEMPERATURA
Las temperaturas en nuestra cocina siempre será un factor muy importante en toda preparación, y en especial cuando trabajamos masas, cuyo proceso de fermentación es altamente sensible a los cambios de temperatura. Por esto debemos recordar siempre que a mayor calor menos tiempo de fermentación y a más frío, más tiempo de fermentación. Un consejo extra al respecto, en invierno no es mala idea fermentar cerca del horno mientras lo calentamos.
2.- DILE NO AL RODILLO
Nunca jamás debemos utilizar un rodillo en nuestra pizza. Esto es un sacrilegio. El rodillo termina reventando las burbujas de aire que buscamos hacer con el leudado, lo que como resultado nos dará una masa densa y quebradiza, pareciendo más una galleta que una esponjosa masa de pizza. Siempre utiliza tus manos, eso es muy importante para mantener el sabor y la textura que buscamos.
3.- CONTROLA TU MASA
Conseguir el tamaño preciso que buscamos para nuestra masa es toda una ciencia. El tamaño normal de una pizza es entre 28 a 30 cms. y para conseguir este tamaño debemos empezar con una bola de aproximadamente 280 grs.
4.- CUBRE TU MASA
Puede parecer exagerado, pero esto es sumamente importante. Al cubrir nuestra masa mientras reposa la mantendremos hidratada y evitaremos que se agriete. Este tan simple detalle puede marcar la diferencia entre una buena pizza y una pizza olvidada en el tiempo.
5.- ORDEN SOBRE TODO
Puede ser que en matemáticas “el orden de los factores no afecte el resultado” pero en nuestra cocina, no es así. El correcto orden de los ingredientes de una pizza nos asegura una red glutínica idónea de los alimentos. Es por esto que el orden que se debe utilizar es harina, levadura, agua, sal y finalmente el aceite.